Los delegados se reunieron durante la mañana del último día de Congreso para hablar sobre cómo vivir la identidad cooperativa con la economía social y solidaria.
Laurence Kwark, secretario general Foro Global de la Economía Social (República de Corea), fue el moderador de la sesión y preguntó a los panelistas su opinión sobre el papel de la identidad cooperativa en el desarrollo sostenible e inclusivo, cómo creen que contribuye a crear asociaciones más importantes en la ESS global y cuáles son los desafíos que se plantean en este ámbito.
Ariel Guarco habló en calidad de presidente de COOPERAR, el organismo federativo cooperativo argentino, y explicó cómo trabaja la organización con todos los actores de la economía social y solidaria para apoyar esquemas como el desarrollo global y la generación de empleo local; animar a la gente a comprar productos locales y de cooperativas y a comprar productos del movimiento social y solidario, educar al ámbito empresarial y transmitirles los valores y principios cooperativos; y comprometerse con el cuidado de las personas y del planeta.
«El movimiento cooperativo siempre ha entendido que no es posible construir nada solo, es necesario hacerlo juntos», añadió y dijo que creía que la principal fuerza de la ESS es su capacidad de innovación social.
«Debemos innovar en la forma de organizar nuestro trabajo y nuestra mano de obra», explicó. «Debemos seguir trabajando con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y reflexionar para crear un futuro del trabajo centrado en las personas. Debemos seguir innovando sobre la forma en que funciona el sistema financiero, la forma de producir y consumir, cómo adoptamos las nuevas tecnologías para ponerlas al servicio del desarrollo de las personas y no conduzcan a una mayor precariedad laboral. También debemos ser innovadores en la manera de generar ecosistemas en nuestras comunidades y economías para crear entornos que fomenten una coexistencia pacífica, eviten los conflictos y nos ayuden a unirnos».
También desde Argentina, participó Alexander Roig, presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), quién habló sobre la necesidad de crear una política pública que incluya los intereses de todos los actores de la ESS. «Tratamos de fomentar el bien común, especialmente en una época de crisis económica, social y climática como la que vivimos», afirmó. «El cooperativismo contiene los valores clave que nos ayudarán a superar los desafíos actuales, porque las cooperativas organizan la producción de forma más eficiente y eficaz».
El Sr. Roig añadió que aunque hay muchas razones históricas que hacen que el mutualismo y el cooperativismo vayan en la misma línea, «es necesario aumentar la visibilidad».
Juan Antonio Pedreño, el presidente de Social Economy Europe, también insistió sobre este punto. «No creo que hagamos lo suficiente para dar a conocer y fomentar la economía social. La pandemia ha demostrado la importancia de la ESS y de las cooperativas. Debemos difundir mejor el valor añadido que las cooperativas aportan a sociedad y al sector empresarial en general».
El Sr. Pedreño indicó que «se están abriendo nuevas oportunidades a la ESS» pero cree que las empresas de ESS tienen que seguir esforzándose para lograr el reconocimiento del papel que desempeñan en la sociedad y en el ámbito empresarial. Social Economy Europe tiene tres objetivos para ayudar a conseguirlo: fomentar que las políticas públicas se centren en las personas y en los problemas, crear estrategias y planes a escala nacional e internacional para abordar la transformación de la economía y «trabajar para la recuperación de la economía sin dejar a nadie atrás».
Elisa Torrenegra, copresidenta del Foro Internacional de Economía Social y Solidaria y directora ejecutiva de Gastarsalud, explicó que la economía social y solidaria tiene una «responsabilidad histórica para crear un movimiento internacional sólido» e indicó que las cooperativas serán un actor clave para la transformación del modelo actual. «Pero para compartir nuestros conocimientos debemos explicar a los jóvenes y a algunos de los actores de la sociedad que deben intentar reproducir este modelo». Las cooperativas y otras organizaciones pueden lograrlo compartiendo su experiencia, transfiriendo sus conocimientos y defendiendo este modelo.
Beatrice Alain, directora ejecutiva de Chantier de l’Économie Sociale (Canadá) explicó que los desafíos actuales requieren la transformación de nuestro modelo económico que «exige la participación de todo el mundo». La Sra. Alain explicó que quieren «elaborar de manera conjunta una política pública para apoyar a las comunidades» y valorar cómo se distribuyen los recursos y añadió: «veamos cómo logramos compartir nuestros conocimientos y nuestra fuerza para hacer algo juntos».
Ilcheong Yi, el coordinador de investigación del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD) en Suiza afirmó que la COVID-19 ha supuesto un desafío para el movimiento cooperativo y explicó que «el paradigma existente ya no funciona». Para Ilcheong Yi, tras la pandemia «necesitamos una nueva estrategia y un nuevo paradigma… y la experiencia de la ESS y las cooperativas tendrá un papel más importante en este proceso»,
El Sr. Yi también recalcó que los jóvenes son extremadamente importantes y explicó que es necesario animar a más jóvenes para que se interesen y participen en el movimiento cooperativo. «Si lo conseguimos, no tenemos por qué preocuparnos, tras la pandemia serán ellos los que liderarán el mundo».
Stéphane Pfeiffer, teniente de alcalde de Burdeos indicó que es necesario hablar sobre la cooperación entre las autoridades locales y los actores de la ESS para construir una «economía centrada en las personas». También dijo que, a menudo, los debates se restringen únicamente a las partes interesadas en las cooperativas y la ESS. «También hay que hablar con los ciudadanos y encontrar soluciones para que sean actores de su vida diaria, y puedan afrontar los retos que se les plantean. Este es el objetivo de la ESS».
Victor Van Vuurren, director del sector empresarial de la OIT y presidente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Economía Social y Solidaria, calificó la economía social y solidaria como el «secreto mejor guardado del mundo». Y añadió: «Es importante que reconozcamos que es una herramienta que puede hacer avanzar y puede garantizar el acceso a ciertos derechos, empleos y condiciones de vida. Y la clave será la colaboración». Antes de cerrar el debate, lanzó un desafío a los asistentes: «Creo que, para empezar, necesitamos una definición en la que todos podamos trabajar».