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Ryosuke Shikata, 23, Cooperativa de la Universidad de Kioto, Japón

Cuando estudiaba en la Nara Prefectural University decidí unirme como miembro de la cooperativa de la universidad. Poco después, un amigo me invitó a participar en el Comité de Estudiantes y acabé formando parte del Consejo de Administración como representante de los estudiantes. Así fue como me inicié en el movimiento cooperativo. Esto despertó mi interés por los valores cooperativos y la función que desempeñan las empresas cooperativas. Durante mi último año de estudios, podía explicar a los estudiantes más jóvenes la historia de las cooperativas y las actividades de las cooperativas y las cooperativas de consumo. También escuchaba las historias de otros estudiantes con experiencia y leía libros para preparar mis seminarios y los materiales para distintas actividades cooperativas.

Participé en el Comité de Estudiantes de la Federación Nacional de Asociaciones Cooperativas Universitarias (NFUCA). En 2020, me encargué de recoger y publicar los datos de una encuesta sobre la vida de los estudiantes.

Actualmente, trabajo en la a cooperativa de la Universidad de Kioto, en la tienda de la cooperativa, Yoshida Store. Soy consciente de las incertidumbres a las que se siguen enfrentando los alumnos y seguimos buscando la manera de ayudarles a través de nuestras actividades empresariales.

Las actividades que se llevaban a cabo en la cooperativa de la Nara Prefectural University me enseñaron muchas cosas sobre las cooperativas. Nunca pensé que llegaría a trabajar a tiempo completo en una cooperativa. Sigo sin creérmelo. Me he convertido en una persona más tolerante y he aprendido que cada persona tiene una personalidad distinta y una manera de vivir diferente.

He aprendido muchísimo observando y estudiando la ideología y la práctica de las cooperativas, especialmente las cooperativas de consumo y también con mis compañeros de la cooperativa universitaria. Los errores me han ayudado a aprender cómo las distintas experiencias de vida pueden hacer que las personas conecten, hablen y se ayuden. He aprendido a centrarme en los actores, en lugar de en la acción.

Estoy convencido de que el movimiento cooperativo tiene una influencia sobre los miembros y sobre la sociedad civil y las comunidades locales en las que se basa la cooperativa en general. Las cooperativas son organizaciones de miembros y tratan de dar respuesta a las necesidades e intereses comunes de sus miembros a través de la cooperación. La identidad cooperativa se guía por el interés público para crear una sociedad cooperativa en la que las personas oprimidas por la sociedad competitiva puedan llevar una vida digna.

En el ámbito cooperativo, todos los movimientos y proyectos importantes se basan también en la formación. En las cooperativas, los derechos de los miembros y sus responsabilidades para mantener una gestión estable de la empresa son dos caras de la misma moneda. Sin la participación en las actividades empresariales de la cooperativa, resulta imposible beneficiarse de ellas. Creo que esto también puede aplicarse a la sociedad civil. En este sentido, creo que el modelo cooperativo tiene la capacidad de mejorar la sociedad ya que nutre a los ciudadanos que quieren disfrutar de una vida plena.

Las cooperativas también se esfuerzan por mejorar las vidas de los miembros individuales, y revitalizan la comunidad a través de sus actividades empresariales y la calidad de vida colectiva. Creo que es una forma de pensar que puede mejorar la vida de todo el mundo.

¿Qué significa para ti identidad cooperativa?

En pocas palabras, identidad cooperativa es una manera de mejorar la sociedad. Mientras aprendía sobre la identidad cooperativa adquirí un lenguaje que me permitió expresar mis deseos más idealistas. Desde pequeño, tenía una vaga idea de lo que quería y necesitaba para mejorar la sociedad con nuestro propio poder, sin que existiesen brechas entre las personas y sin necesidad de pedir ayuda a seres divinos. Esta idea se concretizó cuando descubrí las cooperativas. Sentí que el modelo cooperativo no era un sueño irreal, sino un modelo de negocio que tenía la posibilidad de mejorar la sociedad manteniendo los pies en el suelo. Las cooperativas funcionan en las sociedades capitalistas, quizá porque desarrollan actividades empresariales y utilizan los beneficios para mejorar la comunidad en la que se implantan. Las cooperativas son empresas y movimientos gestionados voluntariamente por sus miembros, que respetan el derecho de los demás. Además, son capaces de valorar la responsabilidad que supone la participación de sus miembros ofreciéndoles apoyo. Creo que este puede ser un lenguaje común para el mundo y que la socialización de esta ideología cooperativa democrática puede mejorar la sociedad como conjunto.

Espero que todo el mundo que forma parte de la cooperativa universitaria, que utiliza los servicios que ofrece y participa en sus actividades, descubra a ideología cooperativa. Los estudiantes universitarios son los líderes de la sociedad futura y quienes tienen el poder legítimo de su país. Creo que es posible crear una sociedad mejor si los estudiantes se convierten en miembros de la sociedad (es decir, en ciudadanos) con una ideología cooperativa o se convierten en cooperativistas respetables. Por ello, me gustaría poner mi grano de arena para lograr que la cooperativa universitaria se convierta en una comunidad que eduque a los ciudadanos. Como cooperativista, me gustaría educar a los ciudadanos fomentando las cooperativas.