Parinaz Asareh, 20, Rah-e Roshd Cooperative, Sharif University of Technology, Iran
Mi historia cooperativa
Mi primer acto oficial en una cooperativa fue cuando cursaba secundaria. En Raheroshd, nuestra escuela, solían organizarse festivales o pequeños encuentros con motivo de diferentes festividades o eventos especiales. Estas fiestas solían estar totalmente organizadas por los alumnos. Se trataba de actividades completamente voluntarias, y mis amigos y yo solíamos proponernos como voluntarios porque nos encantaba organizar este tipo de eventos y planificarlos juntos. Por aquel entonces, estábamos estudiando en clase las cooperativas: su funcionamiento, las leyes y normativas que las regulan y, especialmente, cómo crear una. Así que decidimos, con la ayuda de nuestra escuela, formar una cooperativa de estudiantes. Nuestra cooperativa de estudiantes siguió organizando los eventos científicos, culturales y religiosos de la escuela. Estábamos orgullosos de tener un grupo oficial con una estructura definida. La cooperativa de estudiantes nos permitía organizar eventos escolares de manera más concreta que antes.
Al terminar la escolarización en Raheroshd, no podíamos seguir formando parte de la cooperativa de estudiantes, pero queríamos seguir trabajando en este grupo, ya que éramos conscientes de las ventajas de las cooperativas. Así pues, decidimos hacernos miembros de la cooperativa Raheroshd, que se había creado originalmente para los padres de los alumnos y el personal de la escuela.
La guardería Raheroshd se creó en 1986, pero, poco después de su fundación, las familias solicitaron que Raheroshd proporcionase el ciclo de educación completa hasta la educación secundaria. Para superar las dificultades que suponían la apertura de las distintas escuelas, las profesoras de Raheroshd (que, en aquella época, eran todas mujeres) decidieron fundar una cooperativa. El objetivo de esta cooperativa no se limitaba a superar los problemas económicos, sino que pretendía convertirse en un espacio de interacción para los miembros donde compartir ideas y tomar y aplicar las mejores aportaciones al sistema educativo.
Al principio, el objetivo era crear una cooperativa para superar los problemas relacionados con la expansión de la escuela, pero, con los años, la finalidad ha cambiado. Ahora, el objetivo es integrar la identidad cooperativa en el espacio de trabajo y utilizarlo como estrategia de enseñanza. Actualmente, los jóvenes se unen a la cooperativa Raheroshd cada año al finalizar sus estudios de secundaria, lo cual ha facilitado la tarea de mejora del sistema educativo y del plan de estudios.
Mi experiencia en el ámbito cooperativo me ha demostrado la influencia que puede tener un buen trabajo en equipo sobre los demás. Creo que, mientras haya personas con un mismo objetivo, que comparten los mismos problemas personales y con la comunidad, la cooperativa es la mejor manera de lograr los objetivos. Si mostramos a la gente que dos mentes piensan más que una, podremos seguir invitando cada vez a más personas al ámbito cooperativo.