Ben Reid
Antiguo director ejecutivo de Midcounties
Miembro de Consejo de Administración de la Alianza Cooperativa Internacional

La pandemia COVID-19 ha golpeado a un mundo en crisis: vivimos en una situación de creciente desigualdad, inseguridad alimentaria, incertidumbre sanitaria y amenaza por el cambio climático. Hoy más que nunca necesitamos encontrar una forma de hacer las cosas mejor.

Esta forma ya existe: se llama cooperativa. Se trata de un modelo de negocio sostenible y democrático que ya ha sido ampliamente probado y comprobado. El año que viene asistiremos al 33º Congreso Cooperativo Mundial en Seúl (República de Corea) junto con miles de representantes cooperativos de todo el mundo para tratar los problemas más urgentes del planeta y la forma de aliarnos para plantarles cara.

El evento tendrá lugar del 1 al 3 de diciembre de 2021 bajo los auspicios de la Alianza Cooperativa Internacional. La ACI representa a más de 3 millones de cooperativas, que a su vez emplean al 10 % de la población ocupada del mundo. En el Reino Unido, las cooperativas dan trabajo a unas 250 000 personas. El Congreso marca 125 años de cooperación internacional que comenzaron en Londres en 1895.

Además, será la continuación de un evento aún mayor, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar en Glasgow del 1 al 12 de noviembre de 2021. La COP26 será la mayor cumbre internacional que se haya celebrado nunca en Reino Unido. Como anfitrión y nación industrializada líder, se espera que el Reino Unido tome la iniciativa para acordar un plan de acción. Muchos creen que la COP26 debe marcar la hoja de ruta para alcanzar el objetivo de cero emisiones globales en 2050. La ciencia lo ha dejado claro: no hay ninguna otra vía para proteger el mundo de los devastadores efectos del cambio climático.

Hoy, la respuesta ante la Covid-19 ha demostrado que, con voluntad política, es posible encontrar nuevas formas de comunicación, vida y trabajo. También ha traído consigo descensos pronunciados, aunque temporales, de las emisiones. Ha provocado cambios positivos en nuestra forma de cuidar y atender a las comunidades.

Creo que la cooperación aporta un modelo que puede transformar la crisis de la Covid-19 en una recuperación global. Como antiguo director ejecutivo de Midcounties, la mayor cooperativa independiente de Reino Unido, sé que la cooperación funciona: durante mi mandato, la afiliación creció de 200 000 a más de 650 000 miembros; reciclamos más del 97 % de nuestros residuos y redujimos el gasto de energía en un 3 % anual. Defiendo la cooperación internacional porque solo podemos hacer frente a la crisis climática y otras amenazas globales si trabajamos juntos. Por eso me enorgullece pertenecer al Consejo de Administración de la ACI.

Este año, durante la pandemia, hemos podido comprobar que existe un vínculo entre la desigualdad, la inseguridad alimentaria y el cambio climático: los alimentos que comemos y su producción afectan tanto al clima como a nuestra salud. También pude constatar que ese vínculo genera cohesión en las comunidades, como pudo verse en los grupos de ayuda mutua que crearon los distintos barrios del Reino Unido (y de todo el mundo) para apoyarse y socorrer a las personas necesitadas. Tal vez estos grupos no se hayan hecho famosos, pero su funcionamiento ha sido igual que el de las cooperativas. 

Con Midcounties ha pasado lo mismo. Para ayudar a proteger a las comunidades durante la crisis, han unido fuerzas con entidades benéficas como GroceryAid y Mind, y han participado en el Child Food Poverty Task Force (Grupo de Trabajo contra la Pobreza Alimentaria Infantil), creado por el futbolista inglés Marcus Rashford. Combatir las injusticias alimentarias es una parte esencial de la lucha por un futuro sostenible e igualitario. 

Todos debemos poner de nuestra parte para poner en marcha una nueva economía global. El año pasado, las 300 cooperativas más grandes del mundo generaron más de 2 billones de dólares estadounidenses para la economía mundial, que sirvieron para sacar de la pobreza a millones de personas. Y esto lo hicieron de manera democrática, dando prioridad a las personas y haciéndolas dueñas de las cooperativas. Estas cooperativas también ayudaron a algunas de nuestras comunidades más desfavorecidas, ya que garantizaban que los beneficios volvían a la economía local y no al bolsillo de los accionistas. La identidad cooperativa y lo que representa vive en todos nosotros. Avancemos juntos para ayudar a nuestro planeta, y cooperemos con todas las personas que lo habitan.