En el 33 #CongresoCoopMundial, los asistentes han podido ver que el emprendimiento cooperativo y la innovación pueden adoptar muchas formas, pero, independientemente del sector, es fundamental que el enfoque se centre en las personas.

El Dr. Chanho Choi, consultor sénior del del Korea Institute for Cooperative Development (KICD) abrió la sesión y recordó a los delegados que esta era la primera vez en la historia que la ACI organizaba un Congreso con un formato híbrido (presencial y en línea). «Solo esto ya es realmente innovador».

En la sesión, participó Alejandro Simón, director general de Sancor Seguros y presidente del Centro de Innovación Tecnológica Empresarial y Social (CITES) en Argentina, que analizó cómo pueden contribuir las cooperativas a la base productiva de un país.

Akira Kurimoto, miembro de la the Japan Co-operative Alliance, habló sobre cómo las innovaciones empresariales pueden encarnar los valores y principios cooperativos y ofreció tres ejemplos de Japón.

Los grupos de vecinos de HAN (clubes de compra) fueron creados a mediados de los años 60 por amas de casa que querían comprar leche no adulterada para sus hijos. «Esta innovación combinaba el sistema de negocio cooperativo con la participación de los miembros», explicó. El segundo ejemplo fue el de los sistemas Sanchoku (transacción directa del productor al consumidor) y Teikei (sistema asociativo) que se crearon en los años 70 para reducir la brecha existente entre el productor y el consumidor. Estos sistemas se han reproducido desde entonces en los Estados Unidos, como agricultura apoyada por la comunidad. Por último, el Sr. Kurimoto habló de la atención sanitaria integrada basada en la comunidad, en la que las cooperativas sanitarias, propiedad de los usuarios, dan prioridad a sus derechos y construyen comunidades sanas en las que combinan la promoción de la salud, el tratamiento médico y los cuidados de larga duración.

«Estas innovaciones en las cooperativas japonesas son un reflejo de los principios cooperativos», explicó, «pero es importante involucrar tanto a la empresa como a los miembros, para que ambas partes puedan desarrollarse».

Jeonghee Kim, la presidenta de iCOOP (República de Corea), ofreció una visión general del sistema empresarial de su cooperativa y explicó cómo se habían superado las crisis aplicando la identidad cooperativa a soluciones innovadoras.

iCOOP cuenta con 300 000 cooperativas de consumo miembros y 250 tiendas de venta al por menor, y a lo largo de los últimos 30 años, ha tenido que hacer frente a distintos desafíos. La primera crisis –de gestión y supervivencia– tuvo lugar a finales de los años 90, y se solucionó analizando la gobernanza y la participación de los miembros. Se estableció una federación para garantizar la autonomía a través de una gobernanza democrática y se puso en práctica un sistema de cuotas mensuales para animar a la participación económica de los miembros. 

La segunda crisis se produjo en 2003-2004 y fue una crisis de confianza. En aquella época se produjo una adulteración accidental de los productos agrícolas importados, lo cual mermó la confianza de los miembros y los consumidores. Para superar esta crisis, la cooperativa estableció inspecciones estándar y puso en marcha un sistema de certificación de la distribución interna, con lo cual consiguió reflejar los valores cooperativos de honradez y transparencia.

La tercera crisis giró en torno a las deficiencias en la gestión y las discrepancias en el rendimiento de la cooperativa, que surgieron y se incrementaron a medida que aumentó el número de tiendas gestionadas por cooperativas miembros. «Para hacer frente a esta crisis nos centramos en las necesidades básicas y fundamentales de las personas en la sociedad actual. Nos dimos cuenta de que lo que la gente quería era superar las enfermedades actuales, por lo que empezamos a proporcionar alimentos orgánicos y a fomentar mejoras en el estilo de vida».

Sabemos que las necesidades de los miembros no son siempre las mismas. «Por ello es necesario innovar. Debemos saber cuáles son las necesidades y poner en práctica formas innovadoras de dar respuesta a estas necesidades».

También participó en la sesión Lizzie Hieron, de la cooperativa Midcounties, una de las cooperativas de consumo más grandes de Reino Unido, propiedad de 700 000 miembros encargados de su gestión. «Como cooperativa de consumo con un buen rendimiento, creemos que demostramos la innovación empresarial a través de la expresión concreta de los valores y los principios cooperativos», indicó la Sra. Hieron, que siguió explicando que la organización proporciona productos y servicios fiables a sus miembros a través de toda su cartera de negocios (que engloba distintos sectores, como la alimentación, los viajes, el cuidado infantil, la energía o la telecomunicación).

Parte de esta actividad se ejemplifica con el programa One Change de la organización, que anima a los miembros a realizar cambios de conducta positiva para hacer frente al cambio climático, como, entre otros, la reducción de los plásticos de un solo uso, la compra de productos de comercio justo o la reducción de las emisiones de carbono. Midcounties también propone soluciones innovadoras como acuerdos empresariales para utilizar vehículos eléctricos y bicicletas eléctricas, para que los socios de la cooperativa puedan acceder a soluciones de transporte sostenibles a un precio accesible.

«La innovación empresarial ha permitido a nuestras cooperativas crear una ventaja comercial, aumentar el número de miembros y su fidelidad y, a su vez, nos ha permitido devolver los beneficios a nuestros miembros, a nuestros socios, a nuestras comunidades y a nuestro planeta», explicó.

Jose Mari Luzarraga, cofundador de Mondragon Team Academy (MTA World) explicó que uno de cada cuatro jóvenes sufre depresión antes de llegar a la edad adulta, pero que las cooperativas tienen la oportunidad de cambiar las cosas para permitir a los jóvenes desarrollarse y evolucionar.

Para el Sr. Luzarraga esta es una «época de oscuridad» en la que «se está produciendo una digitalización antihumana y un monopolio de la economía», en la que siete empresas (Google, Amazon, Facebook (ahora Meta), Apple, Baidu, Alibaba y Tencent) dirigen el 98 % de los servicios de datos y de la nube de internet. «Pero José María Arizmendiarrieta [AML1] [el fundador de Mondragón] tenía claro que “vale más encender una cerilla que maldecir la oscuridad”. Teniendo esto en cuenta, ¿qué pasaría si nos permitimos imaginar de nuevo la forma en la que debería ser el mundo? ¿Qué pasaría si imaginamos un nuevo papel para la universidad en el que la estructura, el contenido y la relación entre alumnos y profesorado evoluciona?»

El Sr. Luzarraga explicó que la Mondragon Team Academy ha hecho justo esto: «No tenemos estudiantes, no son “el futuro”, son personas que demuestran que, juntos, podemos transformar el mundo innovando y creando soluciones para la humanidad».

Y añadió: «Creo firmemente que con la Alianza Cooperativa Internacional como fuente de intercooperación, podemos ofrecer esperanza al mundo y cambiar la realidad del plano empresarial».


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